Somos una organización política con marcada línea de clase, somos aquellxs a quienes el sistema capitalista ha despojado de una vida digna, somos los explotados y quienes no permanecemos indiferentes con la explotación, los empobrecidos y quienes no permanecen indiferentes con la pobreza, los marginados y quienes no permanecen indiferentes con la marginalidad. Por este motivo, uno de nuestros objetivos consiste en ser parte del derrocamiento de este sistema.
No conciliamos con la derecha, la burguesía, la socialdemocracia y la democracia burguesa. No creemos ni seremos parte de la pantomima electorera: para nosotras y nosotros no existen términos medios, si no cambia todo, no cambia nada.
Todas nuestras actividades (políticas, culturales, deportivas, académicas, comunitarias y barriales) tienen como fin el cambio revolucionario hacia la emancipación colectiva y la autonomía de clase. Llamamos a la organización, al ataque constante de la burguesía y al fascismo, a boicotear y sabotear al capital y sus lógicas.
Sabemos que el cambio no lo hacen unos pocos, de esta manera consideramos la agitación como un trabajo constante y transversal. Así, nuestra vida política nos debe encaminar a espacios externos a la organización, donde es nuestro deber posicionar nuestros principios.
Somos un espacio catalizador de las luchas populares, acompañamos y nos sumamos con los recursos orgánicos, políticos y personales a los procesos de resistencia del pueblo. Reivindicamos luchas históricas, no únicamente las célebres entre la clase obrera, sino también aquellas que son significativas para los pueblos del mundo, reivindicando el internacionalismo.
Como antifascistas es importante politizar toda instancia donde tengamos incidencia individual o colectiva, levantar trabajo orgánico y sumar militancia. Nuestra lucha es joven, contextualizada y creativa. Aprende de los errores propios y de otros para generar nuevas dinámicas desde lo comunitario, lo horizontal y participativo.